Señales de alarma en el Paseo Marítimo de Cádiz

El Paseo Marítimo de Cádiz ha superado ya los cuarenta años de vida y se nota. A pesar de diversas operaciones de mantenimiento realizadas en este tiempo, y del tradicional plan de pintado previo al inicio de cada temporada estival, esta arteria que nos conecta con la principal playa de Cádiz ofrece cada vez una imagen de mayor deterioro, y reclama una actuación de envergadura para actualizar su diseño. Todo ello choca con la necesidad de una fuerte inversión que, hoy por hoy, no puede asumir el Ayuntamiento, pendiente de otras obras en la capital.

Como cada año, la llegada del verano y de las playas llenas de bañistas cogen al Ayuntamiento, gobierne quien gobierne, con la tarea de adecentamiento del Paseo Marítimo por terminar. Aún hoy se dan los últimos retoques en el pintado de las farolas y la balaustrada en el tramo entre el Hotel Playa y Cortadura.

Estos trabajos sacan más a la luz el estado de una parte del Paseo. Y evidencian visualmente con mayor claridad los tramos donde el murete, pintado de blanco y rojo, se ha movido de su ubicación original, como si fuera la versión gaditana de la deriva de los continentes.

En esta zona el Ayuntamiento instaló durante un tiempo testigos para ir midiendo el avance de esta separación de parte de la balaustrada, en la zona del Paseo más cercana al Hotel Playa. Una separación que hoy se cuenta por varios centímetros aunque desde el Ayuntamiento se constata que no hay peligro de desplome.

En todo caso, aunque se garantice su estabilidad, el impacto visual es evidente.

De la misma forma, el pintado de las farolas resalta aún más la ausencia de varios puntos de luz a lo largo de todo el Paseo. Hay incluso báculos sin ningún punto de luz, producto de la oxidación y caída de los materiales.

Y, como pasa todos los años, se han dejado de pintar las estructuras de hierro instaladas en los accesos peatonales a la arena. En algunos casos la pintura roja ha desaparecido casi en su totalidad, tras no haberse repuesto desde hace ya varias temporadas.

La relevancia del carril bici

El Paseo Marítimo fue construido en la etapa de gobierno de Carlos Díaz, eliminando las viejas casetas de mampostería y madera ya obsoletas. En la etapa de Teófila Martínez se renovó todo el alumbrado y los bancos. Y ya en el gobierno de José María González se eliminaron todos los accesos elevados, a base de escaleras, que rompían el paseo normal por esta vía.

En este mandato también se ejecutó una obra esencial en la necesidad de renovar el modelo de Paseo Marítimo tras cuatro décadas de existencia: la semipeatonalización del mismo con la instalación de un carril bici.

Este último proyecto, que ha mejorado sustancialmente el uso ciudadano de esta vía, evidenció en todo caso la necesidad de una reforma integral del Paseo, para quienes aún no tenían claro la necesidad de esta obra. Ahora son visibles tres modelos diferentes de acerado: el instalado en la obra original (ya desgastado por el paso del tiempo y con numerosas losas rotas), la acera vecina a los edificios y la plataforma construida para el paso de las bicicletas. Todo crea una plataforma única tan variada en sus modelos como ya antigua en su diseño.

El gobierno de Bruno García es consciente de la necesidad de modernizar el Paseo Marítimo, tanto en este tramo como el que une el Hotel Playa con el frente de Puerta Tierra (también variados en diseños y con muchos años encima). Pero a la vez constata que hay otras prioridades en la ciudad en materia de inversiones municipales.

En todo caso, la relevancia de esta arteria, como uso ciudadano y como valor turístico, debería de animar a no dilatar esta obra necesaria muchos años más.