Nuria Orellana, magistrada del Tribunal Supremo: “El esfuerzo de la carrera judicial garantiza la independencia”

La jueza jerezana ha llegado al máximo órgano jurisdiccional, lo que considera “un alto honor”, así como un reto que asume “con una gran responsabilidad y toda mi dedicación”

Nuria Orellana, nombrada magistrada de la Sala Civil del Tribunal Supremo

La magistrada Nuria Orellana, en la sala Arte a Diario, de Diario de Jerez
La magistrada Nuria Orellana, en la sala Arte a Diario, de Diario de Jerez / Manuel Aranda

Pregunta.–Ha sido usted nombrada magistrada de la Sala Primera del Tribunal Supremo, competente en jurisdicción Civil. ¿Cómo recibió el nombramiento?

Respuesta.–Lo he recibido con una enorme alegría e inmensa ilusión. Llegar al máximo órgano jurisdiccional es un alto honor que me ha sido concedido, me siento muy honrada. Afronto este reto con una gran responsabilidad. La Sala Primera tiene un importante volumen de asuntos y voy a poner todo mi esfuerzo y dedicación. Tengo la suerte de que la componen magníficos magistrados y va a ser muy enriquecedor. Es muy ilusionante esta nueva etapa que inicio. Esta alegría la he podido compartir con mi familia, mi marido, Pedro Velarde, que está tan contento como yo y que siempre me ha apoyado, mis hermanos, sobrinos, amigos, compañeros. Desde que se conoció el nombramiento no he dejado de recibir felicitaciones y muestras de cariño y afecto, que me han hecho aún más feliz. Doy muchas gracias a Dios por este reconocimiento.

P.–Actualmente hay 21 mujeres en la cúpula del Alto Tribunal, una cifra que hasta ahora no se había dado. ¿Cómo valora este dato?

R.–Mi valoración es muy positiva. Actualmente hay un mayor porcentaje de mujeres en la carrera judicial. Este Consejo General del Poder Judicial ha nombrado ya a 11 mujeres para el Tribunal Supremo y tengo el gran honor de ser una de ellas. Además, en el caso de la Sala Primera, compuesta por un presidente y nueve magistrados, solo había una mujer, que es catedrática y accedió por el quinto turno, sin que hasta ahora haya habido ninguna mujer procedente de la carrera judicial. El pasado 3 de junio fuimos designadas mi compañera Raquel Blázquez y yo, que vamos a ser las primeras mujeres procedentes de la carrera judicial nombradas para la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, lo que supone un gran logro.

P.–Una de esas 21 mujeres es precisamente su hermana, Ana María Orellana, magistrada de la Sala Cuarta de lo Social del TS. Dos hermanas jerezanas en la cumbre de la judicatura. ¿Qué supone para usted?

R.–Una doble alegría, porque voy a poder compartir con mi hermana esta ilusionante etapa profesional. Somos una familia muy unida, me llevo muy bien con mis dos hermanos, y ambos comparten la alegría de este nombramiento. Elegí la misma oposición que mi hermana, judicatura, aunque ella se especializó en Social y yo me especialicé en Mercantil. Ella ha sido siempre un referente para mí. Es una magnífica profesional y una gran persona, como mi hermano Alfonso. Me llevé una gran alegría cuando la nombraron y a ella le ha pasado lo mismo. Tenemos muy presentes siempre a mis padres y, en este momento, especialmente. Seguro que lo celebran desde el cielo, al igual que nuestro preparador de oposiciones.

P.–También se postuló para liderar la Audiencia de Cádiz aunque salió reelegido su compañero Manuel Estrella. ¿Cuál era su candidatura favorita, el Supremo o la Audiencia?

R.–Son dos plazas muy distintas y las dos me hacían mucha ilusión. Como el Consejo General del Poder Judicial estuvo varios años sin hacer nombramientos se han acumulado bastantes plazas, como ha ocurrido con las dos que solicité. El cargo de presidente de la Audiencia Provincial es temporal, el nombramiento como magistrada del Tribunal Supremo no tiene esa temporalidad. El Tribunal Supremo es el máximo órgano jurisdiccional, como he dicho, y es un alto honor pertenecer al mismo. He sido muy feliz en Cádiz, y hubiera estado también encantada de presidir la Audiencia, aunque estoy muy contenta de que haya sido nombrado mi compañero y amigo Manuel Estrella y haber sido designada yo magistrada de la Sala Primera. En la Audiencia Provincial de Cádiz he sido muy feliz. Tengo a compañeros maravillosos, tanto los que están ahora como los ya jubilados, son excelentes profesionales y personas, tanto en mi Sección, la Quinta, como en las demás Secciones, y lo mismo tengo que decir de todo el personal que trabaja en la Audiencia y de “mis” funcionarios, que son maravillosos. Lo mismo puedo decir de los demás profesionales, tengo muy buena relación con los colegios profesionales. He sido muy feliz en Cádiz y voy a echar a todos mucho de menos. Voy a llevar siempre un recuerdo muy entrañable de mi paso por Cádiz.

P.–En los últimos años ha habido mucha polémica en torno a la renovación del Consejo General del Poder Judicial. ¿Ha afectado eso a la percepción de la ciudadanía sobre la independencia de la Justicia?

R.–No debería afectar, desde luego, porque la independencia de la Justicia viene garantizada por el esfuerzo, el trabajo, la responsabilidad y la dedicación de todos los miembros de la carrera judicial, que imparten Justicia igual para todos y que realizan su labor con gran esfuerzo y, muchas veces, con grandes adversidades, como puede ser la sobrecarga de trabajo.

La magistrada Nuria Orellana
La magistrada Nuria Orellana / Manuel Aranda

P.–Usted es magistrada especializada en Mercantil, ¿cuál es la situación actual de esta jurisdicción?, ¿cómo le repercute la nueva Ley 1/2025 de eficiencia organizativa del Servicio Público de Justicia?

R.–La Ley 1/2025 va a afectar a todos los órdenes jurisdiccionales. Una de la principales novedades es la transformación de los juzgados unipersonales en Tribunales de Instancia. La otra es la implementación de la Oficina Judicial Unificada. Hay una gran preocupación por cómo se van a implantar ambas reformas organizativas. Es un momento muy importante, porque se está produciendo una profunda transformación de la Administración de Justicia. La Ley también potencia el uso de medios adecuados para la solución de controversias (MASC) e introduce modificaciones en leyes mercantiles, por ejemplo, en la ley de Sociedades de Capital y en el texto refundido de la Ley Concursal.

R.También hay actualmente en la carrera judicial una fuerte preocupación por las reformas que pretenden introducirse, por ejemplo en el acceso. Atravesamos un momento muy delicado.

R.En cuanto a la jurisdicción Mercantil, se caracteriza por un importante volumen de asuntos, sobre todo en época de crisis económica. Desde que entró en vigor la reforma de la legislación concursal de 2022, se ha incrementado exponencialmente, por ejemplo, el número de concursos de personas naturales que posteriormente solicitan la exoneración del pasivo insatisfecho, que se conoce como Segunda Oportunidad. En Cádiz, hace unos años, se creó el segundo Juzgado de lo Mercantil, que supone un importante logro, porque era muy necesario.

R.Por su parte, la jurisdicción civil está colapsada, hace falta la creación de más juzgados.

P.–Le tocó vivir momentos duros de la crisis económica al frente del Juzgado de lo Mercantil de Cádiz, por ejemplo, el cierre de Delphi. ¿Cómo recuerda esa época y cómo la gestionó?

R.–Pues sí, fueron momentos muy duros. Delphi fue en 2007, antes de la crisis que al siguiente año comenzaría a azotar España y, de forma muy acentuada, a la provincia de Cádiz. Se extinguieron, tras un acuerdo, 1.540 contratos de trabajo. Fueron muchas las empresas que por la crisis solicitaron el concurso. Yo era la única magistrada de lo Mercantil de la provincia. Lo afronté con toda mi dedicación y esfuerzo, dormía muy poco. Tuve la suerte de contar con una magnífica secretaria judicial, Covadonga, y con muy buenos funcionarios, de los que tengo también un grato recuerdo.

P.–¿Qué es lo mejor y lo peor que le ha pasado a lo largo de su trayectoria profesional?

R.–Sinceramente, echo la vista atrás y solo tengo recuerdos buenos. Soy juez por vocación, me encanta mi trabajo. No he dejado de estudiar y formarme. Hasta llegar aquí ha sido un largo camino el que he recorrido, una larga trayectoria profesional, en la que todos las personas con las que he tenido la suerte de coincidir han puesto su granito de arena. He sido feliz cuando he estado en órganos unipersonales, en Sanlúcar de Barrameda, donde veraneaba desde pequeña, en el Puerto de Santa María y, tras aprobar la oposición de Magistrada Especialista de Mercantil, en el Juzgado de lo Mercantil de Cádiz, que inauguré. También lo he sido en las dos Audiencias Provinciales en las que he estado destinada, Málaga y Cádiz. Tengo muchos recuerdos agradables, todos los destinos han sido muy enriquecedores y ha habido muchas personas entrañables que han marcado mi vida. Mi balance es absolutamente positivo.

P.–¿Qué supone para usted su inminente ingreso en la Real Academia de San Dionisio

R.–Me siento muy honrada de entrar a formar parte como Académica de Número de la Real Academia de las Ciencias, las Artes y las Letras de San Dionisio. Estoy muy agradecida a la Junta de Gobierno y a los académicos por el nombramiento. Han coincidido ambos procesos. Mi nombramiento como Académica de Número se produjo después de solicitar la plaza de magistrada del Tribunal Supremo. El próximo martes es mi discurso de ingreso. Va a versar sobre el tema que he mencionado, que es de mucha actualidad, la Segunda Oportunidad para los deudores insolventes. El título en concreto es El régimen jurídico de la exoneración del pasivo insatisfecho y su aplicación judicial. Estoy muy ilusionada y con ganas de colaborar en la vida académica. Al ser multidisciplinar, va a ser una experiencia muy bonita porque me va a permitir compartir el saber y el conocimiento con personalidades de la sociedad jerezana. También soy Académica correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España y Secretaria de su sección mercantil. La vida académica es también muy enriquecedora.

stats
OSZAR »