Recordando a Robert Monks, abogado del movimiento ASG

Tribuna Económica

10 de junio 2025 - 03:59

ROBERT Monks, financiero, abogado y activista, que muere a los 91 años, vio la importancia de que los inversores intervengan en las decisiones de los consejos de administración; para ello desarrolla el concepto de participación del accionista con impedimentos de representación, como ocurre cuando todas las acciones no tienen los mismos derechos. Un caso también frecuente es el de un fondo, o plan de pensiones, que invierte en una empresa pero no participa en sus decisiones, pese al interés que pueden tener los partícipes.

Su formación como abogado mercantil y su fortuna, permitieron a Monks desarrollar criterios ASG (ambientales, sociales, gobernanza), pues para él era evidente que el problema medioambiental se origina con la producción y en la empresa. Y en lo que se refiere a gobernanza defendió la participación de los accionistas en la formación del consejo de administración, idoneidad de los consejeros y del consejo, remuneraciones proporcionadas, y tener voz en decisiones fundamentales, más allá del formalismo de las juntas generales, que ratifican o no, sin la oportunidad de dar voz previa al accionista. Sin embargo, pese a disponer de recursos económicos cuantiosos, no pudo competir con la capacidad de las grandes empresas para influir en los políticos, después de que en 2010 fuera constitucional en USA financiarlos sin límite alguno. La agenda ASG sufre muchas vicisitudes, pero está claro que ha tenido un impacto en cómo las grandes compañías se relacionan con los inversores y el entorno en que operan. Asistimos a una tímida transformación desde un capitalismo donde el beneficio es objetivo único, y se persigue el dominio del ámbito institucional y regulatorio, a un capitalismo donde la aplicación de criterios ASG busca reducir riesgos y la estabilidad de la empresa. En España estos criterios siguen los de la UE y a veces se critican por su rigor, pero en el sector inmobiliario han sido asumidos por las empresas, que ven en la sostenibilidad una mejor valoración de los inmuebles. Monks era conservador, defensor de una economía de mercado, y muy abierto en temas sociales, nada que ver con los actuales republicanos, acosadores de personas e instituciones, intervencionistas de la economía, y con rasgos del populismo autoritario; no es extraño que el movimiento ASG se encuentre en mal momento, aunque la última palabra la siguen teniendo los accionistas y todos aquellos a cuyos intereses afecta la acción de la empresa.

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