Zafias trincheras

Gafas de cerca

10 de junio 2025 - 03:04

En la dulce y jugosa guinda de la ceremonia de los XVII Premios Andaluces del Futuro Joly-Caixabank, el pianista Juan Elvira interpretó Pájaros tristes, de Ravel. Recuerdo cómo, antes del verano, el guindo era el árbol más deseado del corral y de los carriles del monte para los pájaros; yo diría que en la canícula de julio y agosto era cuando estaban apagados, y resurgentes en la primavera de la guinda y en el otoño del membrillo. Previamente, en sus palabras al ser premiado con la estatuilla y el peculio de la categoría Cultura, soltó un mazazo que uno hubiera dicho impropio de un chico de 27 años, o sea, un niño nacido en plena explosión mundial de la World Wide Web, que aún resiste en los buscadores con su diminutivo, www. Dijo Elvira, promoviendo al arte, y en él, a la música como noble sustituto del vicio de la conexión: “Las redes sociales que tanto daño hacen a los humanos”. Catapún. No lo dijo un abuelo desencantado y melancólico, atribulado por el movimiento perpetuo de unos cacharros digitales del diablo.

Usuario que es uno de una de esas redes que son almadrabas en la que estamos, sin saberlo, presos, en un afán de dar tráfico al medio de prensa que me aloja con generosidad, suelo mirar dos asuntos que me parecen paradigmáticos de lo que dice el intérprete granadino, ya maestro: los comentarios sobre fútbol y recetas. Todo en ellos, o casi, es leña, desprecio, sarcasmo barato y, a la postre, enana guerra de atrincherados a cubierto, y por tanto exentos de ningún comedimiento. De los primeros ya me estoy quitando, me estoy quitando, y sólo los consumo de vez en cuando, porque Madrid y Barcelona y sus fanáticos nada tienen que ver con el balompié en que creí. En los hilos de cocina, unos foros en teoría gozosos y entrañablemente creativos, la mala leche y el insulto jocoso, la pura grosería hacia desconocidos, dice mucho de la plausible verdad que soltó Juan el jueves pasado.

Iba a hablar de Donald Trump como nuevo disruptor de la bronca: a cara descubierta, con la mentira sin empacho, con asuntos que en nada son triviales. Si toda esa mala leche de los comentarios de Facebook y otros salta a la calle, o cursa a cara descubierta, aviados estamos. Rebobinaremos eras. La garrota por sistema y el sílex puntiagudo de andar por casa... y por la acera.

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