¿Pero qué pasa con el hospital de San Carlos?
Diez años después de su transferencia al SAS, las protestas que ha desencadenado el cierre del área quirúrgica durante los meses de verano han vuelto a poner en el punto de mira al hospital de San Carlos y su enorme potencial, para muchos desaprovechado
Preocupación y rotundo rechazo ante el anuncio del cierre de los quirófanos durante el verano en el hospital de San Carlos de San Fernando

San Fernando/Corrían los primeros años del sigloXXI cuando el Ayuntamiento de San Fernando y la Consejería de Salud negociaban la puesta en marcha de un centro de especialidades en una parcela municipal de La Ardila para completar el mapa sanitario y dar respuesta a las necesidades de la localidad. Aquel proyecto se dejó a un lado cuando se abrieron las puertas del hospital militar de San Carlos. Defensa, tras la profunda reorganización de las Fuerzas Armadas acometida con la desaparición del servicio militar obligatorio, afrontaba también la reestructuración de su vasta red sanitaria. Y hospital de San Carlos –cuyo nuevo edificio se había construido apenas 20 años antes– empezaba a quedarse demasiado grande en ese nuevo modelo que se estaba implantando.
Así que para qué construir todo un nuevo equipamiento sanitario si podía llegarse a un acuerdo entre las dos administraciones –Junta de Andalucía y Defensa– para empezar a hacer uso de un hospital, que hasta la fecha había estado vetado al personal ajeno a las Fuerzas Armadas. El llamado uso compartido, el primer concierto sanitario para que el Servicio Andaluz de Salud pudiera prestar servicio en San Carlos, se firmó el 19 de julio de 2005. En solo un par de meses se cumplirán 20 años de la rubrica de aquel acuerdo que suscribieron la por entonces consejera de Salud, María Jesús Montero, hoy vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, y el subsecretario de Defensa, Justo Zambrana Pineda.
Aquel concierto, en un primer momento, incluía solo una cartera de servicios limitada que contemplaba las especialidades médicas de cardiología, cirugía general y digestiva, dermatología, neurología, oftalmología, otorrinolaringología, preanestesia, traumatología y urología. Pero tuvo una gran acogida al considerarse –con razón– como un hito, porque las puertas del hospital militar se abrían por primera vez a los pacientes de la sanidad pública andaluza. Y lo cierto es que ya nunca más han vuelto a cerrarse. A partir de ahí todo fue a más, aunque esta historia –por supuesto– está llena de altibajos y ha tenido que superar no pocos momentos de incertidumbre hasta llegar a la tesitura actual, marcada por la polémica que ha suscitado el cierre de los quirófanos durante verano, según Salud para llevar a cabo unas reformas. Una medida que ha desencadenado en los últimos días toda una tormenta de reacciones políticas y de diversos colectivos ciudadanos y que ha dejado esta semana sendas concentraciones a la puerta del centro sanitario que han vuelto a poner en el punto de mira al hospital de San Carlos.
Pero aquel acuerdo de 2005 fue el comienzo de todo. Y conviene tenerlo presente porque todo lo que pasa con el hospital de San Carlos desde entonces se mueve realmente en esa tensión, en ese espacio que va de aquel proyectado centro de especialidades que se quería abrir en La Ardila –justo donde hoy se levantan unas instalaciones de UPACE– y las pretensiones políticasy sociales de dotar a San Fernando de un hospital propio con todos sus servicios, según la visión y el enfoque más tradicional que existe al respecto. Algo, por cierto, que se consideraba una demanda histórica de La Isla.
Si uno se atiene a lo primero, a ese centro de especialidades, resulta evidente que con el paso de los años se ha logrado mucho más y se ha ido mucho más lejos con el antiguo hospital militar. Pero si se mira a lo segundo, a ese afán de San Fernando por tener un hospital propio con todo lo que tiene que tener un hospital, se entiende la decepción de muchos ciudadanos que hoy comparten los argumentos de Marea Blanca que denuncian la infrautilización de las instalaciones de San Carlos mientras se suscriben conciertos con entidades privadas. Tanto más cuanto que la hospitalización se ha reducido a mínimos, el personal escasea y no se dan nuevas contrataciones.
Pero es cierto que entre los planes de la Junta de Andalucía nunca estuvo eso de hacer de San Carlos un hospital tradicional al uso. No se consideraba necesario habiendo un centro de referencia a pocos kilómetros. Así que desde el primer momento se apostó por otro enfoque sanitario que, por un lado, complementara y sirviera de válvula de escape al saturado hospital de referencia –el Puerta del Mar– y que, por otro, se atuviera a una visión más actual del modelo sanitario: eso que se decía de los hospitales del futuro que tienden, precisamente, a una atención que procura reducir el número de hospitalizaciones. Los pacientes ingresados, de hecho, responden en su mayoría al mismo perfil: personas de avanzada edad y con múltiples patologías al cuidado del servicio de Medicina Interna. Y la apuesta pasa, a grandes rasgos, por una gran cartera de especialidades, pruebas diagnósticas, cirugía mayor ambulatoria, una potente unidad de diagnóstico por imagen, un servicio de urgencias y el hospital de día médico polivalente, que entre otras cosas permite desarrollar ese criterio de aplicar tratamientos sin tener que recurrir a hospitalizaciones.
Diez años de la transferencia al SAS
Todo eso llegó cuando Defensa anunció que cerraba el hospital militar de La Isla, lo que abrió la puerta para su transferencia al sistema sanitario público de la comunidad autónoma. De eso, precisamente, hace tan solo unos meses que se cumplieron 10 años. Fue el 12 de septiembre de 2014 cuando culminaron las negociaciones entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía para la cesión del hospital militar tras un año de negociaciones. El traspaso a la red sanitaria andaluza del hospital –y de todo su personal– se hizo efectivo a principios del siguiente mes de octubre. Y La Isla vio en aquel momento la oportunidad de alcanzar esa histórica reivindicación, ese sueño de tener un hospital propio que venía de mucho tiempo atrás.
Así, a partir de ese octubre de 2014, empezaron a sumarse distintos servicios a esa primera cartera que se había concertado en su momento a medida que el centro, poco a poco, iba afrontando su remodelación para actualizarse. A las consultas externas se incorporaron otros servicios como Rehabilitación, un Hospital de Día de Hematología, la Unidad de Salud Mental de la zona, dos áreas de Exploraciones Digestivas y Dermatología, un Hospital de Día Médico Polivalente, una Unidad de Rehabilitación Cardiaca –que luego se cerró con la pandemia y cuya reapertura se reclama también ahora– así como quirófanos de Cirugía Mayor Ambulatoria. También una Unidad de Diagnóstico por la Imagen dotada de TAC, mamógrafo, un nuevo equipo de radiología digital y una resonancia magnética.
Todo eso supuso que los isleños se ahorraran muchos desplazamientos cada vez que tocaba ir al especialista o realizarse pruebas diagnósticas. Es, sin duda, uno de los mayores logros de esos 10 años 'civiles' de San Carlos.
Entre otros servicos, Urgencias abriría también a finales de 2016 en respuesta a una de las principales demandas de los isleños. También, con el traspaso del centro a manos del SAS, llegaron las hospitalizaciones a San Carlos para ese perfil concreto de pacientes: en su mayoría, personas de avanzada edad y con múltiples patologías. Hasta seis plantas de San Carlos (con 22 camas cada una de ellas) están acondicionadas para ello, aunque no todas están operativas, ni mucho menos. En los últimos meses solo han estado abiertas dos plantas –44 camas– asumiedo en una de ellas también a los pacientes que deben permanecer ingresados durante cortos periodos tras ser sometidos a alguna de las intervenciones que se practican en este centro. En verano, sin embargo, se quedará solo una planta en activo.
La nueva Unidad de Neurorrehabilitación, que abrió sus puertas en noviembre de 2023, ha sido el último de los grandes servicios que se ha incorporado a San Carlos, donde también recientemente se ha llevado a cabo una potente inversión con la ayuda de fondos europeos –más de 5,7 millones de euros– en materia de eficiencia energética. En 2021 se trasladó también la unidad de Oftalmología a la quinta planta de San Carlos. Y en la cuarta, también a finales de ese mismo año, se puso en marcha el nuevo Hospital de Día Médico Polivalente con un innovador enfoque que miraba a los hospitales del futuro.
Recientemente se ha anunciado también la adecuación en el hospital isleño de la Unidad del Dolor, lo que también ha suscitado el rechazo de Marea Blanca ya que –sostiene– hipotecará el espacio de la antigua UCI, lo que arruina las pretensiones de volver a contar algún día con este servicio en San Carlos para que sea un hospital por derecho.
Salud, sin embargo, afirma que se está estudiando la puesta en marcha de una Unidad de Cuidados Intermedios, algo que ya estuvo en funcionamiento durante la época del Covid-19 con muy buenos resultados. Su apertura, de hecho, permitiría aumentar la complejidad de hospitalización y aumentar los procedimientos quirúrgicos.
Así que sí, en San Carlos se han llevado a cabo inversiones, obras, mejoras... Incluso se plantea la apertura de nuevos servicios. Aunque las críticas en torno a la gestión de San Carlos señalan que ese prometedor modelo al que se aspiraba se ha quedado a medias al quedarse sin recursos para seguir avanzando. Que este verano vaya a haber hasta cinco plantas cerradas además de los quirófanos es un hecho que desde luego desilusiona a profesionales e isleños. Lo que falta -argumentan- son sobre todo profesionales, personal médico, de enfermería y demás... Contratos que en lugar de dejar plantas cerradas permitieran que todo esos servicios y esas plantas equipadas funcionaran a pleno rendimiento.
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