El encargo de Feijóo a Moreno para el Congreso del PP, ¿reconocimiento o regalo envenenado?

El presidente del PP le encarga a Ayuso la intendencia, y al líder andaluz y a Fernández Mañueco, el futuro político del partido

El barón andaluz y Fernández Mañueco deberán elaborar la ponencia política y abordar las relaciones con Vox

Moreno, Mañueco, Alma Ezcurra y Natalia Chueca dirigirán la Ponencia Política del Congreso del PP

Juanma Moreno y Alfonso Fernández Mañueco dialogando en un acto del Partido Popular.
Juanma Moreno y Alfonso Fernández Mañueco dialogando en un acto del Partido Popular. / EFE

La organización del Congreso Nacional del PP para el próximo mes de julio ha conseguido su primer objetivo político: remover a los populares y mostrar a la sociedad que están ocupados en plantear una alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez más allá de las críticas y descalificaciones que los ciudadanos escuchan varias veces durante todos los días. En este esquema, Alberto Núñez Feijóo ha movido sus primeras piezas enviando mensajes claros. El congreso se celebrará en Madrid, lo que los partidarios de Isabel Díaz Ayuso entienden como un triunfo político; aunque los andaluces que están en el puente de mando de Génova hacen una lectura mucho más simple: así se facilita la llegada de todos los compromisarios en unas fechas complejas como es el verano.

La organización del congreso recaerá en el número dos de la lideresa madrileña, Alfonso Serrano, quien trabajará codo a codo con Sofía Acedo, mano derecha de Feijóo y que tendrán la responsabilidad de toda la intendencia: que Ifema esté en perfectas condiciones y se proyecte una imagen de partido solvente y preparado para una cita electoral. Y a partir de ahí es cuando entra en juego el presidente andaluz, Juanma Moreno, al que su jefe orgánico le ha encargado nada menos que la ponencia política. Un trabajo que deberá hacer, al alimón con Alfonso Fernández Mañueco, el presidente de Castilla y León. Por cierto que el presidente andaluz no asistió a esta Junta Directiva Nacional porque estaba en tránsito entre Roma, donde ha estado el fin de semana con la Gran Procesión, y Granada, a donde este mismo lunes acudirá para la primera piedra del acelerador de partículas.

Ambos presidentes serán los primeros en enfrentarse a las urnas y por eso se les da un protagonismo especial, "lo harán bien por la cuenta que les trae", ha dicho Feijóo en la Junta Directiva Nacional. Por eso y porque son dos de los dos barones más alineados con el presidente nacional. El proyecto político que ambos defienden, bajada de impuestos y servicios sociales, es el que el presidente del PP quiere presentar como propuesta a todos los españoles, el más centrado y el que busca una "nueva mayoría" para gobernar. El problema viene en uno de los grandes debates que tiene pendiente el PP y que pasa por su relación con Vox. Y ahí es donde Moreno y Mañueco van a tener las mayores dificultades. Porque no sólo se trata de un asunto espinoso dentro del propio partido, sino que es también una bala de plata para sus principales rivales políticos como es el PSOE que está a la expectativa.

Juanma Moreno lanzó un mensaje claro a los andaluces en las elecciones de junio de 2022, buscaba una mayoría suficiente para gobernar en solitario, es decir, para no tener que depender de Vox, una idea que repitió hasta la saciedad y que los votantes aceptaron: logró mayoría absoluta. ¿Puede repetir ese esquema en toda España? Es lo que está por decidir. Fernández Mañueco pactó con Vox el Gobierno de Castilla y León y el partido de Abascal rompió con ellos (como con el resto de comunidades del PP) el pasado verano de 2024 a cuenta del reparto de los menores migrantes entre las comunidades autónomas. En Galicia también lo tienen claro, Vox apenas tiene representatividad en el parlamento autonómico y Alfonso Rueda se alinea con los barones elegidos, pero ¿qué pasa con el resto de territorios? Porque la voz de Díaz Ayuso, que opta por eliminar a los votantes de Vox adoptando los postulados políticos de ese partido, no se puede replicar en toda España. En este escenario, el encargo de elaborar la ponencia política que ha hecho Feijóo al presidente andaluz es un reconocimiento público pero también una prueba difícil de superar, ¿un caramelo envenenado?

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