Público y privado

Crónica personal

14 de mayo 2025 - 03:04

El Gobierno, sus portavoces y los de su partido, no han encontrado mejor manera que la defensa a ultranza de la privacidad para acallar el estupor y escándalo que ha provocado la publicación de los mensajes cruzados entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos. Se comprende el malestar de los sanchistas irredentos que temen el deterioro de la imagen y prestigio de su líder; pero esa imagen y prestigio se deterioró aún más cuando, para defender a Sánchez –que no a Ábalos– se alega que los mensajes que intercambió con su principal colaborador pertenecen a su esfera privada. Y ayer fueron más lejos: si la justicia no actúa de oficio, el Gobierno, o Sánchez, no lo han especificado, presentarán una denuncia.

Por supuesto que las conversaciones y actos privados hay que respetarlos; pero si sus consecuencias tienen o pueden tener repercusiones sociales, políticas o económicas, o existen indicios de delito, deben conocerse. Con la regla que quiere aplicar ahora el sanchismo, pero que no aplicaron a sus adversarios, los medios tendrían que haberse abstenido de recoger el famoso “Sé fuerte Luis”, que se recuerda estos días, y que es frase menor si se compara con las filtraciones de las conversaciones de Villarejo con Cospedal o con Dolores Delgado a las que grabó ilegalmente; como las que también grabó a Corina para utilizarlas contra el rey Juan Carlos. O las mantenidas por implicados en el escándalo de los ERE, o de la familia Pujol. Y las de la trama Koldo.

La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, dice que estamos ante una oposición de casquería. Debería explicar si se refiere al PP y si tiene información de que está detrás de las filtraciones. De ser así debería informar. Sobre todo porque hay quien culpa a la UCO, o quien piensa que Koldo está detrás o incluso Ábalos, decididos estos dos últimos a vengarse de aquellos que tanto les deben cuando Ábalos tenía poder inconmensurable.

Decía Page que no escribir mensajes que no quieres ver publicados es “de primero de política”. Sánchez no ha debido aprobar, porque promover que se trata de conversaciones privadas es no conocer casos de corrupción que salieron a la luz a través de conversaciones privadas. Nadie asume que es normal que Sánchez expulse a Ábalos del Gobierno, desde Moncloa cuenten que Ábalos sabe por qué … y dos años después, tras una conversación entre Sánchez y Ábalos, el valenciano entre en una lista para ser diputado. Para ser aforado. Piensa mal y acertarás.

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