Carta al Papa

Mi Santidad me va a perdonar que yo me atreva a escribirle una carta. Bueno estaría que lo hiciera un cura, párroco o coadjutor; o un obispo o de los que se resuenen con él en la Catedral; y por supuesto un un cardenal. Pero yo ¿un simple cristiano boticario por más señas? Es un atrevimiento, pero usted ha caído tan bien, tan bien que todo el mundo se ha puesto contento con su reciente elección en el Concilio de la célebre Capilla Sixtina.

Voy a decirles unas cosas que pueden ser erróneas o atrevidas, pero ahí van. Porque quizás nadie se atreva a decirlo. En algún caso, por ello le propondrían para excomulgarlo. Yo me voy a atrever. He visto tanta gente contenta con su nombramiento. Tantísima gente llenando la plaza de San Pedro y aclamándole que en política nunca se ha visto nada parecido, si acaso cuando un partido extremistas consigue colocar a su líder en la presidencia, pero eso es otro cantar.

Y creo que hay una razón a tanta alegría y satisfacción y usted debe saberlo (perdone el tratamiento pero yo le voy a tratar como el padre que es para nosotros los cristianos). Todo el mundo quiere que hable, luche, razone, propague por la paz del mundo sin mirar economía ni filosofía alguna, sin intereses, solo el bien general y yo me creo que la persona más indicada es usted, el Papa León XIV. Nadie en la Tierra tiene su carisma y autoridad.

A mí me llama mucho la atención ¿por qué la Iglesia no se arrepiente en voz alta criticando las barbaridades que cometió la llamada nada menos que Santa Inquisición? En la práctica cometió muchos errores y sacrificó a muchos por motivos más que dudosos. Ya sería hora de decir lo que hay que decir, que aquello fue una barbaridad. Y lo mismo como persiguió e incluso mandó al cadalso a los llamados protestantes como a los llamados cátaros, porque dijeron cosas que hoy día son pan de cada día y se admiten como verdaderas.

¿Y las guerras entre religiones? ¡Cuántas barbaridades ha habido entre musulmanes y cristianos y hasta entre unos cristianos y otros! Cuántas cosas se han hecho en nuestra Iglesia suntuosas y nadie ha dicho ni pío, como se hicieron cuando el Renacimiento con los pontificados de sus predecesores; por poner algún ejemplo, Pablo II, Martin V, Nicolás V y Julio II ¿Y las llamadas sinonimias y los nombramientos como cargos políticos y a base de parné? Y derroches. Pero yo no quiero hacer de fiscal histórico. Solo que salga de mi corazón que mi Papa nuevo sea la voz de Jesucristo el bueno, el caritativo, el milagroso, el que perdonaba, el que era capaz de hasta morir por los demás. Hasta Pilatos el cónsul de Roma la poderosa lo puso firme.

La Revolución Francesa con su ideología, las Constituciones en los países modernos, la ONU, Colón o Lenin… se van a quedar chicos con nuestro nuevo Papa. ¡Hay tanto pobre en el mundo, hay tanta guerra por todas partes, hay tantas barbaridades… que nuestro nuevo Papa León XIV va a ser un hito en la historia de la humanidad. Dicen algunos que hasta va permitir que se casen los curas. ¡Si Dios lo quiere… hágase, ¡que la mujer no es un bicho, es la compañera Eva que nos dio!

P.D. Perdóneme Santidad si me he pasado. Pero es tanta mi ilusión por vos y porque en la Tierra haya paz y concordia, que solo León XIV es capaz con el poder que Dios le da, con orgullo e enorme ilusión, besa su anillo y su básculo.